Los inventores del primer celular, el e-mail, la Web y la Red realizaron un balance de sus creaciones y pronosticaorn cómo los ven para los próximos años
El celular como herramienta para control y prevención de la salud y la Web como un entorno inteligente. Tales son algunos de los pronósticos que compartieron recientemente los “padres” de las “criaturas” y herramientas tecnológicas más utilizadas, como el teléfono móvil e Internet, y la Web y el correo electrónico.
Los autores de estos vaticinios son Martin Cooper, inventor del primer teléfono móvil; Raymond Samuel Tomlinson, creador del e-mail; Tim Berners-Lee, fundador de la Web; y Vinton Cerf, uno de los desarrolladores de los protocolos básicos de Internet. Los cuatro coincidieron por diferentes motivos en España, donde realizaron un balance de sus creaciones y se animaron a contar cómo los ven para el futuro.
Mucho más que para hablar
El investigador, premiado por inventar en 1973 el primer teléfono móvil portátil, asegura que el dispositivo aportó muchas más cosas positivas que negativas y así continuará haciéndolo para alcanzar una sociedad más productiva, y ofrecer la oportunidad de comunicarse desde cualquier lugar, entretener, educar y mantenerse en forma.
Ante preguntas de los periodistas en la ciudad española de Oviedo sobre el uso perverso que se puede dar a este avance tecnológico, como en el atentado terrorista del 11-M en Madrid, Cooper señaló que “cualquier tecnología” puede emplearse en sentido positivo o negativo, por lo que hay que esperar que “lo positivo supere a lo negativo”.
Como ejemplo de su empleo en sanidad, explicó que se podría medir y controlar las funciones corporales de un individuo y monitorizarlas a una computadora para detectar a tiempo infartos y prevenirlos, lo que salvaría vidas y reduciría el costo sanitario.
Respecto al inicio de su invención, Cooper (en la foto superior) recordó que no estuvo exento de escépticos. “La adaptación de la tecnología tarda más de lo que espera la gente”. Pasaron diez años hasta que se dio uso comercial a su invento, primero para vehículos y progresivamente para el uso personal.
Este dispositivo, que pesaba aproximadamente un kilogramo y costaba en 1973 alrededor de 4.000 dólares, hizo realidad un sueño, ya que permitió la comunicación entre personas sin limitar por ello su movilidad o su libertad.
“Las vidas ya cambiaron, pero lo harán más en el futuro”, auguró. Cooper nació en Chicago (Illinois, EE.UU.) en 1928 y se licenció en Ingeniería Eléctrica en 1950. Pionero en la industria de la comunicación sin cables, inventó en 1973 el primer teléfono móvil portátil. Durante las casi tres décadas que trabajó para la compañía Motorola, desarrolló nuevos productos que generaron un importante volumen de negocios. Tras abandonar la empresa, cofundó la compañía Cellular Business Systems. Ahora es director ejecutivo de ArrayComm, firma con la que desarrolló el sistema de antenas inteligentes, otra revolución en el mundo de las comunicaciones inalámbricas, con aplicaciones no sólo en la telefonía móvil sino también en el uso de Internet inalámbrico de largo alcance.
El ingeniero colaboró con el Gobierno estadounidense para localizar nuevos espectros de radiofrecuencia y formuló la Ley de Eficiencia Espectral, también conocida como Ley de Cooper, que determina que el máximo de conversaciones de voz o transacciones de datos que pueden circular por un área del espectro radiofónico se duplica cada 30 meses.
Tomlinson ideó el uso de la arroba “@” para separar el nombre del destinatario de la computadora receptora y envió en 1971 el primer correo electrónico de la historia formado por las letras de la línea superior del teclado “QWERTYUIOP”.
El creador del e-mail calificó de “gratificante” sentirse responsable de haber cambiado para siempre el modo de comunicarse de las personas con su descubrimiento cuando trabajaba en el desarrollo de la red ARPA del Departamento de Defensa norteamericano donde, sin el conocimiento de sus jefes y en secreto, empezó a intercambiar mensajes entre computadoras conectadas por líneas telefónicas.
En este sentido, confesó que lleva “entre treinta y cuarenta años” sin enviar una carta por correo postal, a las que tampoco era muy aficionado antes del desarrollo de Internet, y, de forma tajante, afirmó que no fue él sino “otro” el inventor del spam, el correo electrónico no deseado.
El ingeniero (en la foto superior) aseguró que al desarrollar su invento no pensó que su uso se generalizaría de forma masiva y sólo creyó que sería útil para quienes tuviesen computadora que, en el ámbito donde trabajaba, se limitaba a unos 28 terminales a las que tenían acceso apenas un millar de personas. Tras extenderse el uso del correo electrónico, Tomlinson empezó a darse cuenta de su influencia tras recibir un mensaje que repetía tres veces la palabra "gracias", enviado por una conocida que, producto de esta tecnología, pudo comunicarse con un grupo de personas que sufrían la misma enfermedad que afectaba a uno de sus familiares.
Cuando se cumplen 20 años de la creación de la primera página Web de la historia en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) de la suiza de Ginebra, tanto Berners-Lee como Cerf dejaron en claro que si bien el camino recorrido hasta ahora en la Red durante sus primeras dos décadas de vida transformó el mundo, todavía queda muchísimo trabajo por delante para mejorar su capacidad tecnológica y asegurar, en palabras de Berners-Lee, que "beneficie a toda la Humanidad".
Consultados por la cuestión de la seguridad en Internet, ambos reconocieron que sigue sin estar plenamente garantizada. “En Google estamos muy preocupados por esta cuestión y guardamos todos los ficheros de nuestros usuarios en diferentes centros, pero es cierto que aún queda mucho por hacer en este terreno”, dijo Cerf.
Berners-Lee (en la foto superior) reconoció que él crea duplicados de todos sus archivos de su ordenador portátil todas las semanas, y ha recomendado a todos los presentes que hagan lo mismo para evitar potenciales desastres.
“A veces me resulta inquietante pensar en hasta qué punto nuestras vidas dependen ya del buen funcionamiento de Internet, cuando la realidad es que en algunos aspectos sigue siendo un sistema frágil que puede fallar, como cuando se nos va la luz y el helado empieza a derretirse en la nevera”, confesó Cerf.
Los dos pioneros de la Web se sienten muy orgullosos de su criatura ciberespacial a sus 20 años de vida, pero reconocen que aún le queda mucho hasta madurar y desarrollar todo su potencial.