Por Beatriz Lecumberri | AFP
Más zonas verdes, aceras más amplias, calles asfaltadas, un centro histórico que se rehabilita, mayor presencia policial en las calles o eventos culturales al aire libre son algunos de los signos que muestran desde hace algunos meses que algo está pasando en Caracas, antaño sinónimo de una calidad de vida que atrajo a decenas de miles de inmigrantes.
Más zonas verdes, aceras más amplias, calles asfaltadas, un centro histórico que se rehabilita, mayor presencia policial en las calles o eventos culturales al aire libre son algunos de los signos que muestran desde hace algunos meses que algo está pasando en Caracas, antaño sinónimo de una calidad de vida que atrajo a decenas de miles de inmigrantes.
“Creo que la gente pelea más por sus espacios. Debe haber una presión desde abajo, de ciudadanos que reclaman sus derechos, y desde arriba, con políticas concretas para recuperar espacios para la gente”, explica Cheo Carvajal, periodista autor de la sección “Caracas a pie”, publicada en un diario venezolano, y promotor de iniciativas a favor de peatones y ciclistas.
Sin embargo, cuando Caracas se convierte en una ciudad fantasma por la noche debido a la violencia, cuando los atascos duran horas o la gente prefiere disfrutar encerrada en un centro comercial, está claro que queda mucho por hacer para transfigurar el rostro hostil de la capital venezolana, donde viven unos 4 millones de habitantes.
“Hacen falta más espacios públicos abiertos y hace falta que la gente supere el miedo y vaya a esos lugares públicos y los cuide, en lugar de quedarse encerrado en su casa”, afirma Patricia Medina, joven madre de familia caraqueña.
En 2010, unas 14.000 personas perdieron la vida debido a la violencia en Venezuela, donde la tasa de homicidios es de 48 por cada 100.000 habitantes, un récord en toda la región. En Caracas, según organizaciones no gubernamentales, la tasa supera con creces los 100 homicidios por 100.000 habitantes.
“No se recupera la vitalidad de una ciudad insistiendo en que es peligrosa. Caracas tiene posibilidades y hay que arriesgarse un poco para conquistarlas. Mientras más gente esté en la calle, más segura es”, afirma Carvajal.
“Desde hace unos meses hago yoga en un parque. Me parece el lugar perfecto por la naturaleza exuberante de Caracas, pero aunque somos un grupo siempre da un poco miedo por las historias sobre robos y asaltos que se escuchan”, afirma Sofía Bautista, ingeniera caraqueña.
El centro histórico de Caracas es uno de los lugares donde con más ahínco debe lucharse contra la inseguridad, la suciedad o la falta de espacio para los peatones.“Vamos a transformar Caracas para transformarla en una ciudad mucho más amable”, promete Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, el más populoso de Caracas.
Para el Bicentenario de la declaración de Independencia de Venezuela que se celebra este mes, el casco histórico exhibe plazas renovadas, edificios históricos rehabilitados y una agenda cultural que le dan una inyección de vida inédita.
Y el plan de peatonalización y recuperación de espacios públicos del corazón de la capital promete seguir. “Caracas entrará en las rutas turísticas”, promete el alcalde.
Pero las diferencias, aparentemente irreconciliables entre alcaldes oficialistas y opositores de municipios de Caracas, no ayudan a estimular las políticas a favor de la seguridad o a lanzar iniciativas para reducir el tráfico, que colapsa esta ciudad que tiene la gasolina más barata del mundo.
Datos oficiales de hace algunos años apuntan que de los cinco millones de viajes que se registran cada día en Caracas, un 24% se hace en vehículo particular, pero ese 24% ocupa tres cuartas partes de las vías.
Para el arquitecto Daniel Fernández Shaw, que ha participado en proyectos urbanísticos en Caracas desde hace 40 años, es difícil pensar en ideas acertadas que se hayan tenido para Caracas en los últimos años.
“Falta que las cosas se proyecten, se discutan. Comparando con ciudades como Quito o Bogotá vemos que existe muy poca planificación. Es dificil pensar en cosas que se han hecho correctamente en Caracas”, afirma.
Para este experto, la transfiguración de Caracas pasa sobre todo por mejorar las condiciones de vida de las numerosas barriadas, un proyecto para el cual se necesitarían 450.000 millones de dólares en todo el país.
“Física y económicamente es posible que la gente viva de forma correcta”, considera.
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