El Nacional
10 de febrero de 2008
-- El abogado organizó la coartada del Gobierno en el caso del maletín decomisado en Argentina
-- Después de venderle las máquinas captahuellas al CNE, su estilo de vida cambió para siempre. "Mi hijo es el tonto útil", refuta Moisés Maionica padre
La última calada que le da al cigarrillo es muy profunda. Con el dedo índice golpea el borde superior de la colilla y las cenizas caen en un recipiente de cristal. Moisés Maionica aplasta el filtro contra el fondo del vidrio, pero justo antes decide formar una colina con los residuos en la esquina del cenicero. Es un profundo ademán de tristeza. Es el mismo gesto que tiene en la foto que le tomaron en la Corte Federal de Miami, a la salida de una de las audiencias del juicio que se le sigue a tres venezolanos y un uruguayo por actuar como agentes del gobierno del presidente Hugo Chávez en Estados Unidos sin autorización de ese país.
Uno de los detenidos es su hijo homónimo, de 36 años de edad, el mayor de sus descendientes. Nacido el 12 de diciembre de 1971, en Caracas, Moisés Maionica Pajovic pertenece a una familia de raíces italianas y serbias. Sus ancestros paternos llegaron a Venezuela en 1957, aventados por la crisis económica de la posguerra en Italia. "Nos vinimos todos. Mis abuelos, mis padres, mis tíos con sus esposas y mis primos. Éramos en total 19 personas cuando desembarcamos acá. Vendimos todo. Llegamos para quedarnos", evoca Maionica padre.
Venían con la idea de construir en un país con todo por hacer, pero la crisis política que siguió a la caída de Marcos Pérez Jiménez los dejó al borde del abismo. Quebrados, con poco dinero en los bolsillos, el grupo familiar también tuvo que enfrentar el contratiempo de la muerte del padre de Moisés Maionica. Un cáncer fulminante lo consumió cuando apenas se asentaban en Venezuela. Ese deceso condicionaría toda la existencia de la familia. La madre de Moisés, que había estudiado Letras en su Trieste natal, se empleó en el Banco Francés Italiano, donde trabajó por más de 20 años hasta que se jubiló en 1983.
Moisés consiguió un empleo como mensajero en una agencia de viajes. Tenía 16 años de edad.
Mudanzas constantes.
Moisés padre desarrolló una carrera en el mundo financiero. Al mismo tiempo procuró forjarse un futuro como empresario.
Fundó algunas compañías como Fibrasol, dedicada a la fabricación de muebles de fibra de vidrio, se convirtió en socio de otras e inició a sus hijos en los secretos de la libre empresa. Su primogénito parece haber heredado esa pasión, a juzgar por los bienes que hoy posee y las buenas relaciones comerciales que se procuró luego de recibirse como abogado en la Universidad Santa María. Pero cuando cursaba el bachillerato en el colegio Calasanz de Valencia, entonces dirigido por Maribel Cravino, no destacaba entre sus compañeros por su vena de negociante.
Era un nombre más de la lista, el tipo alto y grueso del apellido raro en una institución que a mediados de 1980 sobresalía tanto por la presencia de hijos de inmigrantes europeos como por su sólida formación católica. Moisés Maionica Pajovic parecía, en todo caso, un adolescente interesado en hacer amigos y culminar con éxito sus estudios. "Lo conocí a finales de los ochenta. Era un tipo de clase media, normal.
Correcto y estudioso.
Se había mudado desde Barquisimeto", recuerda un compañero de estudios.
"No era un hombre de fútbol", afirma el profesor Raúl Stanich. "Es más, me costó recordarlo. Cuando estalló el escándalo de la valija lo buscamos entre la lista de egresados a instancias de una secretaria quien sí lo recordaba. Y allí me vino a la mente. Era catire. No tuve mucha relación con él", agrega el docente.
Aunque el nombre de Maionica Pajovic no está en la placa que los egresados entregan al colegio, su rostro sí destaca en la foto de los salientes del bachillerato. La duda sobre el verdadero sitio donde se recibió de bachiller parece razonable, porque los Maionica Pajovic se mudaban de ciudad cada vez que el jefe de la familia era ascendido o cambiaba de trabajo. "Moisés sí se graduó en el Calasanz", afirma su padre. A principios de los noventa, en cualquier caso, había culminado la secundaria. Con el cambio de década se mudó a casa de su abuela en la urbanización La Trinidad, de Caracas, en una zona de quintas desangeladas y más bien modestas. Sus vecinos alquilaban habitaciones a estudiantes de la provincia.
La referencia viene al caso porque Moisés Maionica Pajovic nunca se comportó como el niño rico de la cuadra. Ninguno de los estudiantes universitarios que lo conoció por aquellos días recuerda excesos y demostraciones de poder apoyadas en el dinero y las influencias de su padre. Evocan, por el contrario, una juventud austera y sin lujos. "Como no le alcanzaba la mesada, decidió trabajar de día y estudiar de noche. Yo le compré su primer carro, un Volskwagen de segunda mano, cuando aprobó el primer año de la carrera. Al poco tiempo lo chocó llevando a un amigo hacia su casa. Lo castigué durante seis meses por manejar a exceso de velocidad. Después le compré un Corolla usado", evoca Maionica padre.
Durante el primer año de su carrera universitaria trabajó en el departamento legal del Banco Latino. Más tarde laboró en la Fiscalía General de la República como pasante. No duró mucho tiempo en ambos lugares. "En la Fiscalía ni siquiera le pagaron las prestaciones. La cuarta república se portó tan mal como la quinta", reflexiona Maionica padre. Sólo cuando fue contratado en la consultoría jurídica de Adriática de Seguros consiguió la estabilidad que buscaba. Su jefe fue Giovanni Di Venere.
Hicieron tan buen equipo que cuando Di Venere renunció a la compañía aseguradora le propuso fundar un bufete.
Era la consecuencia de las habilidades que Maionica Pajovic había demostrado como abogado. No sólo era apreciado por sus colegas más experimentados. Mucho antes, cuando aún estudiaba el pregrado en la Universidad Santa María, captó la atención del internacionalista Ítalo Luongo, con quien se inició en el conocimiento del derecho mercantil.
"Era muy buen estudiante, de esos tipos que al salir de clases conversaba conmigo sobre asuntos relacionados con el ejercicio profesional. En el aula sus preguntas giraban en torno al manejo de los negocios desde el punto de vista del Derecho", agrega.
Amigos de toda la vida.
A la sociedad con Di Venere también se unieron los amigos que Moisés Maionica Pajovic cultivó en la universidad: Rafael Balestrini, Marlon Ribeiro, Nicolás Rossini y Gitsel Jelambi, con quien contrajo matrimonio. La suma de todas esas capacidades integró un equipo que hizo del derecho corporativo y la propiedad intelectual una de sus especialidades.
Pronto consiguieron buenos clientes.
"Todos ayudamos a que ese bufete creciera. Durante el Gobierno de Rafael Caldera fui presidente de la Junta Liquidadora del Fondo Nacional de Desarrollo Urbano. El bufete de mi hijo manejó pequeños casos relacionados con Fondur. Un tío de Marlon Ribeiro es dueño de una empresa de transporte terrestre de pasajeros. Gitsel trabajó en una cadena de supermercados que luego se convirtió en cliente de la firma. Así se dieron a conocer", asegura Maionica padre.
En los archivos del Tribunal Supremo de Justicia, la firma Di Venere, Maionica, Rossini, Jelambi, Balestrini Ribeiro y asociados representó a Supermercados Unicasa en demandas relacionadas con las convenciones colectivas de trabajo.
Otro de los clientes fue la empresa chino-estadounidense Cogent Systems. En el primer semestre de 2004, Moisés Maionica visitaba con frecuencia la sede del Consejo Nacional Electoral. La compañía estaba pujando por el jugoso contrato que el Estado venezolano destinaría a un sistema de identificación biométrico de electores. Por aquellos días, la directiva encabezada por Francisco Carrasquero buscaba la manera de modernizar el sistema de votación, pese a las críticas de la oposición, que denunciaba un plan para modificar y retardar la mecánica del sufragio. "Un día Jorge Rodríguez se apareció con una máquina captahuella en el directorio ponderando sus bondades. Casualmente fue a su regreso de un viaje a México.
Hasta ese día yo no sabía nada de un plan para adquirir ese sistema. Por supuesto, al igual que ocurrió con los terminales touch screen, me pronuncié en contra", evoca Ezequiel Zamora, ex vicepresidente del Consejo Nacional Electoral.
Cogent System obtuvo por el contrato 53.950.000 millones de dólares. A partir de entonces, los activos de Maionica comenzaron a incrementarse.
En los registros inmobiliarios de Florida consta que adquirió una vivienda el 27 de septiembre de 2006 por un monto de 589.000 dólares en Weston.
Con la crisis inmobiliaria la casa se ha depreciado. Ahora vale 506.540 dólares.
Al mismo tiempo, comenzó a privilegiar el contacto con hombres de poder. "A veces Jorge Rodríguez y él almorzaban juntos en sus respectivas casas. Eran muy amigos", confía alguien que conoció de primera mano esa estrecha relación.
Las nuevas amistades lo distanciaron de sus amigos de siempre. Hace año y medio Di Venere y Balestrini abandonaron la firma. "Estoy sorprendido por lo que ha ocurrido con Moisés. No quisiera entrar en detalle sobre las razones que motivaron mi separación", señaló Di Venere. Tal vez sus nuevas ocupaciones lo apartaron de quienes lo frecuentaban cuando era un bachiller recién llegado a Caracas.
Si antes tenía que lidiar con las limitaciones de la vida estudiantil, ahora disfrutaba del estatus de los poderosos. Se codeaba con grandes empresarios y banqueros. En 2005 fue director principal de Corp Banca mientras Hernán Santamaría era el presidente de la institución. Su nombre aparece al pie del balance general de publicación presentado el 30 de septiembre de ese año. "Estuvo poco tiempo entre nosotros. La Superintendencia de Bancos no ratificó su nombramiento porque no tenía experiencia en el mundo financiero Era un tipo callado, que escuchaba mucho y hablaba sólo lo necesario. Recuerdo que en una sesión se despidió de nosotros. Y no lo vi más", asegura uno de los miembros de la junta directiva.
Ese ascenso coincidió con la diversificación de sus intereses comerciales. Compró junto con otros socios 0,62% de las acciones del diario El Nacional cuando el rotativo decidió hacer una oferta de 45% de sus acciones. Sus relaciones comerciales fomentaron toda clase de especulaciones.
En esta hora aciaga para la familia sólo su padre alza la voz.
"Es cierto que tiene todas esas propiedades, pero también le debe dinero al banco. Mi hijo es el tonto útil de esta historia", concluye.
“Red Maionica” - Rodolfo Schmidt
El problema con el FBI y El Imperio, es que no le dan importancia a los segundos apellidos. Allá, la cosa es por números romanos. Como los años de cárcel que les pondrán a los “robolucionarios boliburgueses”.
En nuestro caso, el “Moisés Maionica”, uno de los detenidos por el FBI e imputados en Miami por el Caso Antonini ($ 800 mil para “la campaña electoral de Cristina Kirchner” y -por lo menos- 10 viajes y maletas anteriores al mismo destino), se trata de Moisés Roman Maionica Pajovic. 1.971, Abogado egresado de la Universidad Santa María. Caracas. Miembro del Colegio de Abogados del Distrito Federal … Bufete: DI VÉNERE - MAIONICA - ROSSINI JELAMBI - BALESTRINI & RIBEIRO
- Pero “Moises Maionica” es/era también el apoderado de la empresa Cogent Communications ( Capta-Huellas electorales ) y Smartmatic (votación). Su relación con Jorge Rodríguez (ex presidente del CNE) y vice-presidente actual, es directa y pública. Son “panas”. La vía de comunicación y conexión…, el “bufete”. Por ello, en Miami afirman que la maraña “alcanza a los más altos niveles del gobierno”. Antonini y Jorgito implican a YoYo.
- Pero también estuvo, Moises Roman Maionica Pajovic, en funciones de “director principal” de Corp Banca, por lo menos hasta el 3er Trimestre del 2005. (www.cnv.gob.ve/ef/emisores/313Balance_Trimestral_sep_2005.pdf )- en la siempre buena compañía de Alberto Vollmer (Ron Santa Teresa) - Ernesto Eugenio Vogeler Mendoza y Efrain José Velásquez González .
- El homónimo, el “ING. MOISÉS MAIONICA (Mail:caveito@cantv.net / Web: www.cavenit.com.) es empresario y gremialista de Aragua, ex presidente de Fedecámaras Aragua, padre del ahora preso en Miami y “no está informado sobre el caso” .
- Antonio José Canchita Gómez (¿Disip?): “El emisario resultó ser Antonio Canchica Gómez, (el que se escapó) quien llegó a Miami el 28 de octubre pasado. Rodolfo Wanseele, de nacionalidad uruguaya, lo trasladó al sitio de la cita, en la localidad de Plantation. Posteriormente Canchica se refirió a su reunión con Antonini en una conversación que sostuvo con un alto funcionario de la Disip, identificado con el alias de “Arvelo”.(,,,,).
- Actas del FBI involucran a alto nivel del Gobierno venezolano
- Cristina Kirchner: “Fue una operación basura”: 11 viajes de Antonini y 11 “maletinazos”,…¿ una basura? A juzgar por el último, fueron $9 millones para “Cristina”. En otros términos, la victoria de del Dúo Kirchner nos costó Bs. 60 mil millones de los todavía “menos débiles”.
¿Y Klein Ferrer?
Y en toda esta coyuntura, pasó debajo de la mesa el caso de Antonini II – Luis Michel Klein Ferrer, capitán activo de la Aviación y soplón de la DIM-Bandes quien fue cuasi-linchado -el 7.12.07 - en Riberalta (Bolivia) por “invasor”, con un maletín contentivo de $872 mil innombrables, - corrobado por autoridades de gobierno en La Paz: “El ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana confirmó que el venezolano tenía en su poder 872 mil dólares “porque es funcionario del Banco de Desarrollo Productivo”. Fue abandonado por el lapidado Hércules C-130, FAV- 9805, que le dejó en tierra boliviana al emprender su huida.
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