Foto: Archivo particular.
Gustavo Dudamel es director de orquesta. A pesar de su corta edad es reconocido en el mundo por su talento.
Este joven venezolano de 28 años es hoy una de las promesas musicales más reconocidas a nivel mundial. Comenzó a tocar violín a los 5 años, a los 12 ya dirigía una orquesta en Venezuela. Hoy en Europa llena salas de concierto y teatros de la talla de Alla Scala en Milán. El talentoso Gustavo Dudamel habló con El Espectador en exclusiva desde París.
¿Cuál es su primer acercamiento hacia la música?
Yo nací en 1981 y agarré mi primer instrumento en 1986. Quería tocar trombón como mi papá, pero no podía porque es muy grande. Comencé, entonces, con la trompeta pero me dolían los dientes, y después llegué al violín porque todos mis amigos lo tocaban. Eso sí, el violín me encantó.
¿Qué le gustó del violín?
El violín es un instrumento muy difícil porque no está temperado. Es decir, no es como el piano que está afinado y que cuando tocas una tecla suena. Lograr una nota en el violín es muy difícil.
Cuál es el instrumento imprescindible en una orquesta?
Todos son esenciales. El instrumento del director es la orquesta y aunque existen distintos formatos todos los instrumentos son importantes. Depende de la orquestación que quiera el compositor.
¿Ha dirigido muchas orquestas?
Yo he dirigido mucho en Venezuela. Comencé cuando tenía 12 años y a los 13 ya estaba dirigiendo continuamente. En Europa, por ejemplo, la orquesta de Radio France (que dirigió en París en días pasados - N.R.) la dirigí por primera vez en 2006 y fue un concierto de música latinoamericana. Es una de las primeras orquestas profesionales que dirigí.
¿Le habría gustado estudiar en Europa?
Sin quitarle la importancia a la educación musical europea, aquí es muy difícil llegar a dirigir, antes tiene que estudiar cinco años un solo instrumento. En Venezuela, de muchacho, yo ya dirigía, ésa fue la mejor educación para mí. Comencé con la Orquesta de Cámara Amadeus, después con las orquestas juveniles del Estado de Lara, la Orquesta de Bolívar, luego la Sinfónica de Lara y la Orquesta Juvenil de Caracas que dirigí durante tres años.
¿El escenario más retador?
Todos tienen algo especial, pero quizás el más emocionante fue mi primer concierto con la Sinfónica de Lara a mis 16 años. En estos días dirigí la Orquesta Filarmónica de Viena que es un ícono en el mundo. Me sentí muy bien porque yo ya la dirigía a los siete años en mi casa, con el disco (risas).
¿Cuál es la pieza o el autor más difícil de tocar?
Todas, cada una tiene su dificultad. No se puede decir que Mozart es más fácil que Mahler, porque Mozart quizá no es tan virtuoso como Mahler pero tiene otro tipo de virtuosismo: los colores, la forma de tocarlo, la simpleza. Mientras más simple es la música mucho más difícil es interpretarla, porque te exige mucho más. Mozart tiene una forma sencilla, pero el resto lo tengo que poner yo. El director es un creador también.
¿Cómo ve a América Latina en estos temas?
El maestro venezolano José Antonio Abreu está trabajando mucho en Colombia, especialmente en Medellín, Bogotá y Cali. Sé que hay un movimiento que todavía no se ha destapado. Sin embargo, el problema no sólo en América Latina sino en el mundo es la burocracia.
Todo se tranca por la burocracia, si hay un proyecto que está avanzado y que cuesta un poco más de dinero, se tranca; el dinero tiene que ir entonces para otro bolsillo. En Venezuela, gracias al maestro Abreu, hemos sacado estos proyectos adelante.
¿Con cuántos niños cuenta la orquesta venezolana hoy en día?
El sistema de orquesta tiene alrededor de 260.000 niños, pero el maestro Abreu quiere llegar al millón. Además hay 70.000 coralistas, más los músicos populares que forman el sistema. Además, se está expandiendo en Escocia y en Los Angeles, donde estaré como director musical de Los Angeles Philharmonic este año.
¿Cuál es su principal objetivo como músico y director?
Uno de mis objetivos es promover a los jóvenes directores venezolanos. Evidentemente, las orquestas juveniles ya están posicionadas fuera de nuestro país, pero ahora vienen las nuevas generaciones que deben tener la oportunidad que yo he tenido durante los últimos años. El hecho de que los jóvenes tengan acceso a las artes y a la música cambia a la sociedad de verdad, y eso es lo que estamos haciendo ahora.
¿Está establecido en Caracas?
Estoy establecido en el avión. Ahí está mi casa por ahora.