miércoles, 5 de noviembre de 2008

Paranoia City

Publicado en el Blog de Gloria:

La Cárcel de la Paranoia
Otras veces he tratado de abordar el tema de la libertad, la que pienso que no existe, porque lo que me da libertad, también me la quita. Pero ahora, quien me está quitando la libertad es la paranoia –o el miedo-.

La verdad no se puede andar tranquila cuando, tienes una hija de 14 años que tiene que salir todos los días al liceo, y hace 15 días te secuestraron una prima de esa edad, en la misma ciudad; y a una amiga muy querida le violaron 2 sobrinas de 13 y 15 años, que salieron de su casa a la casa de la abuela solas, las metieron a la fuerza en un carro y 4 hombres hicieron de sus humanidades, lo que les dio la gana; o cuando matan a tu vecino frente a tu casa para quitarle el carro mientras salía del estacionamiento en la mañana; cuando a ti te robaron en un semáforo mientras estaba la luz roja, pero, tampoco puedes andar en autobús porque a tu hermana la robaron en uno de esos, llevándose la unidad para un monte y tuvo que ver como golpeaban al chofer para que entregara la plata; o cuando a tu tío, que fue a llevarle plata a su mamá (mi abuela), le quitaron su camioneta frente a la casa mientras se despedía y en la noche le saltaron por la reja de la casa y les llevaron todas sus cosas en un camión, después de hacerlo pasar por el trauma de las amenazas, pistolas en la cabeza y golpes.

Sin hablar de los cuentos con que llegan todos los días los compañeros de trabajo, como: robaron en la camionetica que venía, desde el metro para el trabajo, me rompieron el vidrio del carro y me robaron el reproductor, le robaron el carro a un vecino, mataron a un amigo para robarlo, me robaron en el cajero automático o me siguieron desde el banco hasta la casa y me robaron lo que había retirado… en fin. Todo esto, sin ver televisión y sin leer el periódico.

Creo que, no estoy paranoica porque tengo problemas psiquiátricos, estoy paranoica porque las cosas están ocurriendo muy cerca de mí, no es en las noticias que lo estoy viendo, no es en un periódico amarillista, no es en un cerro botado para el infierno, ni es a gente multimillonaria que los ladrones las persiguen; es mi gente, es mi entorno, son personas que no están en la opulencia, no tienen millones (bsf) para ostentar sobre quienes no tienen (los pobres ladrones). Y aunque los tuvieran, ¡no hay derecho!.

No hay derecho a que nuestros bienes, nuestras vidas y nuestra propia dignidad esté a merced de personas capaces de matar, agredir, violar … y que nos quiten la libertad, la libertad de circular tranquilamente por la calle, de que nuestros hijos pueden tomar le transporte público, y hasta la libertad de decidir qué tener, porque es preferible no tener carro, no tener celulares, ni nada que ellos puedan querer arrebatarnos.

Me pregunto ¿Qué delito cometí para estar presa en la cárcel de la paranoia? En esta cárcel donde me está prohibido esperar la luz verde con los vidrios abajo, donde no puedo calentar mi carro frente a mi casa por miedo a que me llegue un celador (ladrón), tampoco puedo mandar a mis hijos a comprar caramelos en la bodeguita que queda a una cuadra, no puedo salir con una cámara, portátil y menos hablando por teléfono, tampoco puedo tener cadena, anillos o zarcillos que parezcan oro, es más, no puedo tener ni una gorra o zapatos bonitos. No puedo visitar a mis familiares y esperar afuera que me abran la puerta, ni puedo pararme en cualquier panadería a comprar leche para la cena, mucho menos llegar a mi casa y dejar el carro en frente un rato y ni muy remotamente bajar las bolsas del mercado del lado de afuera, tampoco puedes sacar –tu- plata en un cajero automático y hay que tener mucho cuidado cuando sales del banco, es preferible no salir solo y también es preferible no defenderse.

Aquí en paranoia city, se vive asustado, dando gracias a Dios cuando te dejan vivo o cuando no te malogran la vida. Pensando que lo material se recupera, pero, ¿cómo se recupera la tranquilidad? ¿Cómo se recupera la dignidad que perdiste cuando le rogabas a un miserable que no te hiciera nada? ¿Cómo se recuperaré la libertad desde aquí? Y lo peor de todo ¿Cómo haces para no enfermar a tus hijos con tu paranoia? Y dejarlos que sean libres, que vayan a hacer trabajos en casa de sus compañeritos, o que se sientan grandes para ir a comprar el pan solos, o dejarlos ir a una fiesta de 15 años de una amiguita. ¿Cómo se hace para lidiar con un adolescente que quiere libertad entre tanta inseguridad, sin volverlo paranoico? Particularmente, mis hijos están contagiados de paranoia, hay que llevarlos a todos lados y no quieren salir solos. ¿Hay derecho, que ellos no puedan gozar la libertado que –aun- cuando yo tenía 15 años se podía vivir? Ya esto no es solo una cuestión de inseguridad, es una cuestión de libertad, ¡la delincuencia nos quitó la libertad! Y cada día nos la sigue quitando.


Revisen entrada de La Cárcel de la Paranoia en el Blog de Gloria


Extraigo y resalto:

"... hace 15 días te secuestraron una prima de esa edad, en la misma ciudad; y a una amiga muy querida le violaron 2 sobrinas de 13 y 15 años, que salieron de su casa a la casa de la abuela solas, las metieron a la fuerza en un carro y 4 hombres hicieron de sus humanidades, lo que les dio la gana; o cuando matan a tu vecino frente a tu casa para quitarle el carro mientras salía del estacionamiento en la mañana; cuando a ti te robaron en un semáforo mientras estaba la luz roja, pero, tampoco puedes andar en autobús porque a tu hermana la robaron en uno de esos, llevándose la unidad para un monte y tuvo que ver como golpeaban al chofer para que entregara la plata; o cuando a tu tío, que fue a llevarle plata a su mamá (mi abuela), le quitaron su camioneta frente a la casa mientras se despedía y en la noche le saltaron por la reja de la casa y les llevaron todas sus cosas en un camión, después de hacerlo pasar por el trauma de las amenazas, pistolas en la cabeza y golpes".

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Pensamiento complicado de un tal John Allen Paulos

"La inevitabilidad de muchos conflictos sociales se deriva, entre otras cosas, del hecho de que dos de nuestros ideales políticos más básicos, la libertad y la igualdad, son incompatibles en su forma más pura".

John Allen Paulos