miércoles, 12 de noviembre de 2008

Persigan al ladrón

Elizabeth Fuentes, la periodista autora de "Vamos a Dale 83 golpes..."

I
La obra comienza cuando Antonini Wilson, muy alterado, le reclama a Diego Uzcátegui con toda su humanidad: –¡¿Cómo pudiste meterme en una situación así, sabiendo que había dinero en esa mierda?! Uzcátegui: - No te preocupes, estos coños de madre de los argentinos lo van a tener que arreglar. Este es un problema de ellos, ellos lo van a tener que arreglar.

Los dos hombres discuten a grito pelado en la habitación del hotel Sofitel, donde se aloja el alto funcionario de PDVSA. En la puerta del baño Daniel, hijo de Uzcátegui, busca calmar los ánimos.

Mas atrasito, Marjorie Gutiérrez, asistenta de Uzcátegui en la petrolera, observa la escena impávida.

– ¡Yo soy el huevón que firmó esa mierda ahí! Yo fui el estúpido al que obligaron a firmar ese papel de mierda!...¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! vuelve a reclamar Antoninni.

Uzcátegui, alzando la voz, lo reprende: ¡Alejandro, quédese tranquilo. Sea un hombre. Tenga bolas. ¡Yo estoy cansado de traer maletas así en los Falcon ! ¡Más grandes que esa! Yo le había dicho al ministro Ramírez que no usáramos a ese huevón de Uberti.

En medio de la discusión, Uzcátegui se voltea hacia su hijo Daniel y angustiadísimo le pregunta: "¿Dónde está el resto del dinero?...Aquí faltan otros 4 millones de dólares..." Orgulloso, Daniel comienza a mostrarle a su papa el fajo de billetes de dólares que trae ocultos en su chaqueta: "La maleta paso", lo tranquiliza.


II
Petare, pleno mediodía.

Cientos de moradores de los barrios cercanos se aglomeran a las puertas del estadio de Palo Verde esperando por la versión miserable, clase D y E, del maletín de los Kirtchner. Con su franela roja y su cara de hambre, sudan haciendo colas inmensas para recibir lavadoras, cocinas, colchones, ventiladores. El alcalde José Vicente Rangel, a punto de entregar su gris mandato, se despide con este patético performace. Nadie se pregunta de dónde salió el dinero para semejante cargamento, a quiénes se lo compraron, a cuánto ascendió la comisión. ¿Cómo se llevara aquella señora la chacachaca hasta su rancho?, ¿Entre cuántos pueden alzar un colchón cerro arriba? ¿A quién asaltaran para robarle el ventilador? Casualmente, ese día, los candidatos a la gobernación de Miranda y a la Alcaldía de Sucre, recorren Petare en busca de votos. Dando y dando pajarito volando, como dirían los Kirtchner.


III
En el restaurante Rosa Negra de Buenos Aires, los Uzcátegui degustan unos langostinos sobre nido crocante de batatas, luego una finas tejas de bife de chorizo son salsa aromática de hierbas, todo acompañado por un Rufini 2002 de las bodegas Mendoza. El grupo del maletín se va a celebrar que salieron del entuerto. Con una versión "lounge" de My Fine Valentine de fondo, se hacen chistes sobre el asunto.

"Ustedes son una manga de mentirosos", increpa Antonini a Victoria Bereziurk y a Marjorie Gutierrez. Victoria, muerta de la risa, le responde: "Ahora tenemos algo con qué chantajearte". Se cansan de esperar a Uberti quien nunca se apareció por el lugar, hasta que Uzcátegui pide la cuenta. Cuando llega, nadie se da por aludido. Antoninni, molesto, la paga. "Si me hicieron pasar por esto, lo menos que pudieron hacer es invitarme", diría luego. Pero nada. Diego Uzcátegui ni se mueve. La cuenta, unos 120 dólares por cabeza, la asume el venezolano. Como en un capitulo de CSI, hoy muestra feliz la factura como prueba de que estuvo allí con todos ellos. Lo que corrobora su versión de que venían de la Casa Rosada, invitados al encuentro entre la plana mayor de los dos gobiernos. Allí, Antoninni quedó al lado de Gustavo Grobocopatel, El Rey de la Soja, quien no hizo sino quejarse: "en Venezuela no riegan las plantas, dejan que se mueran..." Se refiere a la soja que envió Argentina a cambio de petróleo o de pago de su deuda o de quien sabe que cosa. Justo en ese momento, el Presidente Chávez comienza su intervención haciendo chistes sobre Uberti y De Vido. Marjorie Guiérrez le susurra a Antoninni: "¿Ves, Alejandro? Tú no tienes ningún problema. Rafael sabe, el Presidente lo sabe, todos lo saben".


IV
En Maracaibo, en Cumana, en Valencia, el Presidente parece un tigre acorralado: va a meter preso a Rosales y a Ramón Martínez, va a meter tanques en Carabobo y en Carúpano. Mezcla insultos con anuncios, groserías con inauguraciones. Medio país ya ni se alarma, ni se sorprende, ni le para. Otro trozo de la torta electoral lo sigue pero le reclama agua, luz, empleo, viviendas. Y el 2 por ciento de los nuevos millonarios anda como los Uzcátegui, viviendo la vida loca.

Unos siguen en ministerios, en gobernaciones, en cuarteles, disimulando el dinero como la tos, chantajeando al jefe como Victoria Bereziurk al gordo Antoninni. "Si se conoce que somos una banda de ladrones, ¿cómo queda el socialismo?" Para mi que entre estos cuatro capítulos hay tremenda película, pero de aquellas de izquierda, ultrosas, de cuando los inicios de la revolución cubana. O algo así como La Hora de los Hornos, pero actualizada.
Los malos esta vez serían los neo yuppies socialistas, amparados en la bota militar, riéndose de la ignorancia castrense cuando los invitan a tomar clases de golf. Blindados financieramente como sus camionetas, no vaya a ser que un malandro de Petare le quiera robar el Cartier para lucirlo en el barrio La Bombilla mientras arrastra la chaca-chaca que le regalo Diosdado.

Fuente: TalCual

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
comunicador, voceador, melómano, corredor, preguntador ...

Blog .:: Sin Gasolina ::. ©

Pensamiento complicado de un tal John Allen Paulos

"La inevitabilidad de muchos conflictos sociales se deriva, entre otras cosas, del hecho de que dos de nuestros ideales políticos más básicos, la libertad y la igualdad, son incompatibles en su forma más pura".

John Allen Paulos